Este viaje comenzó con un pensamiento, lo quiero, pero no tengo la confianza en una agencia y una cuenta con muchos millones ni de dólares, ni de pesos. Me encanta viajar, y conocer nuevas culturas, tenía en mente vivir un tiempo fuera del país, estudiar con personas de otras culturas y conocer un nuevo lugar, sin embargo, todo se quedaba en pensamientos.

Tomando la decisión

Una tarde luego de llegar algo aburrida del trabajo decidí contactar a un compañero de trabajo, con quien cruce par de palabras, y le pregunté cómo se había ido a estudiar a Australia; no pensé que me fuera a responder, pero para sorpresa mía a los dos minutos tenía su historia y una recomendación, 4U Australia.

No lo dude, me contacte con Lobsang, le conté que tenía intenciones de estudiar inglés, soy juiciosa, he ahorrado, pero en mi cuenta no había 40 millones de pesos. Él respondió con calma, me transmitió confianza  además me brindo soluciones, me explico el proceso y me dio una suma aproximada, que para el momento no se alejaba mucho de lo que tenía ahorrado, dije sí, le di mi voto de confianza a una persona y a una agencia que estaba a miles de millas de distancia.

El proceso

Todo empezó lento pero seguro, elegir escuela, solicitar un seguro médico, mirar y comparar, enviar documentos vía mail, por fin solicitar la visa, literal me atacaban los nervios, siempre tuvimos la duda, y digo tuvimos porque Lobsang y Natalia (los creadores de 4U Australia) se convirtieron en ese apoyo fundamental a la hora de emprender un viaje, tranquilos, seguros, meticulosos y con confianza.

Hice mi aplicación el 19 de diciembre, imagínense como es pasar el 31 de diciembre con la angustia de: me van, o no me van, a dar la visa. Soy muy creyente, así que puse mis deseos en manos de Dios, “yo sé lo que quiero, pero Dios sabe lo que necesito” siempre confié en Dios, en mis deseos y en mi agencia. En las fotos Australia se ve maravilloso. Sidney, la ciudad que escogí, me hacía ojitos, quería estar allá, viajar, conocer los koalas, los canguros y por supuesto la ópera. La espera se hacía eterna, pero ya todo estaba en manos de Dios y del agente migratorio.

El resultado

El pasado 16 de enero, para Colombia, 17 de enero para Australia, llegó la noticia. “tu visa fue aprobada” no salía del asombro, no podía creer que me habían dado la visa y con ello la ilusión y el sueño de vivir en otro país, conocer otras culturas y aprender. Por supuesto lo primero fue agradecer a Dios, también a mi agencia, porque ellos con su rigurosidad y experticia hicieron que yo hoy pueda decir con anhelo me voy para Sidney.

Tatiana Lozano  @Tattalozano


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